Un accidente cerebrovascular (ACV), o ictus, puede ocurrir cuando el flujo de sangre al cerebro queda bloqueado o cuando se produce un sangrado repentino en el cerebro, así lo define el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (EEUU). Existen dos tipos de ACV. Un accidente cerebrovascular isquémico, o infarto cerebral, se produce cuando el flujo sanguíneo no puede llegar al cerebro por un tapón. Si el cerebro no recibe oxígeno y nutrientes de la sangre, las células cerebrales comienzan a morir en pocos minutos. Un accidente cerebrovascular hemorrágico, o derrame cerebral, se produce por un sangrado súbito en el cerebro. La sangre que se escapa de los vasos sanguíneos hace presión y daña las células cerebrales.